Al analizar nuestro contexto identificamos que, en nuestra región, los apicultores a menudo desechan la cera residual tras la cosecha de miel, ya sea por desconocimiento o falta de recursos para su reutilización. Solo existe una empresa en la Región que compra la cera de desecho, lo que limita las opciones para los apicultores. Por otro lado, en el sector maderero, el aserrín constituye el 52% de los residuos generados durante la producción de madera aserrada (Info), tampoco se aprovecha adecuadamente.

A través de observaciones en terreno en sectores rurales de la comuna de San Pablo, pudimos visualizar que efectivamente muchos microemprendimientos madereros desechan el aserrín convirtiendo este desecho en un residuo contaminante.

Últimamente ha crecido el sector hortofrutícola tanto en la región y a nivel país provocando un aumento exponencial de la contaminación por plástico en el medio ambiente producto de los recipientes usados en la producción agrícola para establecer diferentes cultivos.

Como ejemplo para una hectárea de cerezos s se necesitan 700 plantas y estas vienen en bolsas plásticas que no se degradan y que en su mayoría son enterradas en fosas, depositadas en vertederos o incineradoras, trayendo graves consecuencias para la biodiversidad, ecosistemas y salud humana. Actualmente hay 67.570 hectáreas plantadas con cerezos en Chile, y suponiendo que todos los árboles vinieron en bolsas plásticas tendríamos aproximadamente 47.299.000 millones de bolsas plásticas